En el marco de un nuevo aniversario que se cumplirá este 24 de marzo, organizaciones que luchan por la Memoria, Verdad y Justicia dispusieron algunas actividades para esta semana. La primera de ellas será una transmisión a través de Youtube hoy a las 19 en el canal “Junta de Historia de Luján”, en la que Beatriz Grafia y Analía Gómez detallarán sobre el accionar de la ex Dirección de Inteligencia de la Provincia de Buenos Aires (DIPPBA)  en Luján durante la década del 70.

Además, este miércoles se realizará un acto en la Plazoleta de los Derechos Humanos a las 17. Se convoca desde la Comisión de Familiares y Amigos de Detenidos Desaparecidos – Luján, respetando las medidas sanitarias dispuestas por el D.I.S.P.O.

ESTA SEMANA SE IDENTIFICÓ A UN DETENIDO DESAPARECIDO EN LUJÁN

Se trata de Pablo Alberto Finguerut, del cual se han encargado de reconstruir su historia de vida y militancia.

Pablo era militante del Partido Revolucionario de los Trabajadores y fue secuestrado el 12 de mayo de 1977 en Cortines en el mismo operativo en el que desaparecieron a su compañera Raquel Rinna Menna y a Georgina Simerman.

Nació el 8 de enero de 1955 en la por entonces Capital Federal. La militancia de izquierda de su padre dejó huella en él. En 1968 ingresó al Colegio Nacional Buenos Aires, le decían “Pablut”. Una tarde de aquel mismo año hubo una huelga estudiantil en el Colegio. Se cumplían dos años del asesinato del estudiante cordobés Santiago Pampillón por fuerzas policiales de la provincia de Córdoba el 12 de septiembre de 1966. Había que protestar y él no dudó en sumarse.     

Pablo se fue politizando cada vez más siendo la figura y el legado del Che, una de sus mayores referencias por aquellos años. Sus compañeros del Colegio recuerdan que comenzó a compartir mucho tiempo con Marcelo Gelman, quien también fue desaparecido por la dictadura cívico militar. Sus inquietudes y su creciente compromiso lo llevaron a militar en el Partido Revolucionario de los Trabajadores – Ejército Revolucionario del Pueblo (PRT-ERP).

Cuando comenzó la dictadura genocida a partir del golpe de estado del 24 de marzo de 1976, estaba haciendo el servicio militar obligatorio en el Edificio Libertad de la Marina. Pero desertó y pasó a la clandestinidad. El 14 de junio las autoridades navales denunciaron que en aquel Edificio se había atentado contra personal militar sin haber llegado a tener la acción algún tipo de consecuencia.

Los militares acusaron a Pablo por haber estado en el sector del hecho cuando estuvo haciendo el servicio militar y por haberse ausentado del mismo, es decir, por haber desertado. Cuando su padre, Eusebio Finguerut, tuvo noticia sobre la situación de su hijo pidió una audiencia con el almirante Emilio Massera, uno de los miembros de la Junta Militar. El mismo 16 de junio se hizo presente en el Edificio Libertad. Estando allí, en lugar de brindarle alguna información sobre Pablo, Eusebio fue detenido y puesto a disposición del Poder Ejecutivo Nacional. Después de estar preso un año se lo autorizó a que saliera del país. Se exilió en Inglaterra.

Pablo continuó su militancia en el PRT-ERP, desde fines de 1976 vivió en Cortines junto con otras y otros cuatro militantes del PRT. Formaban una unidad destinada a montar una nueva imprenta del partido para reemplazar la que había caído en Córdoba.

Alquilaron un campo en el que ya había una casa y sumaron la construcción de galpones donde criaban conejos a modo de fachada. En el sótano de la casa funcionaba la imprenta de donde salían las revistas Estrella Roja y El Combatiente, órganos de difusión del PRT y del ERP.

Además de Pablo, fueron parte de esta unidad de prensa y propaganda Georgina Simerman, Raquel Menna, y otros dos militantes de los cuales desconocemos aún sus nombres. Una de ellas era apodada “la abuela”. Los hijos de Georgina y Raquel vivían con ellos. Tenían entre uno y tres años los más chicos y tan solo 8 el más grande. 

A los pocos meses de estar allí, el 12 de mayo de 1977, las fuerzas represivas realizaron un operativo con cercos de control alrededor de todo el campo. Los represores ingresaron a la casa golpeando la puerta a patadas y disparando.

Los escombros del techo y las paredes cayeron sobre las cunas y las camas en las que dormían los hijos de Georgina y Raquel. Pablo y sus compañeros y compañeras fueron encapuchados y los represores al advertir la existencia de la imprenta en el sótano comenzaron a desmontarla.

Después de que Georgina y Raquel se despidieron de sus hijos, las y los cinco fueron subidos a un camión y desde ese momento no se supo sobre ellos. Los chicos pasaron toda la noche en el campo entre los represores y luego fueron llevados al Regimiento 6 de Mercedes. A los pocos días los trasladaron al Instituto Capitán Sarmiento en Olivera y allí estuvieron cerca de 40 días. Sus abuelos pudieron retirarlos y desde entonces vivieron con ellos.

Hasta hace pocos años solo se sabía el nombre de una de las militantes secuestradas, Georgina Simerman, quien estaba embarazada de tres meses. Avanzado en la reconstrucción de la verdad se logró dar con la identidad de Raquel Menna. Su hijo Ernesto fue quien dio a conocer la existencia de Pablo, que era el compañero de su mamá.